Desde hace tiempo estaba aguardando el momento para escribir mi reflexión sobre un tema cotidiano en el mundo profesional y que con frecuencia se plantea como una crítica entre quienes practican alguna materia. Es el dilema que plantea que: ¨una cosa es la teoría y otra es la práctica¨.

Esta misma frase desde ya presenta una inclinación de la balanza hacia la práctica, queriendo denotar que aquello que se explica teóricamente sobre un fenómeno, al constatarlo en la práctica, no se registra de la misma manera.

No voy a profundizar en el tema a través de un análisis científico. Sin embargo, desde su misma definición, un dilema se presenta como una situación de duda que puede resolverse con dos alternativas. Lo que me obliga a establecer al menos ciertas definiciones de base para los términos que se envuelven en este tema, de manera que partamos de los mismos presupuestos. Pero no te preocupes, lo haré de una forma resumida y me apoyaré del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.

  • Dilema: m. Situación en la que es necesario elegir entre dos opciones igualmente buenas  o malas.
  • Teoría: f. Serie de las leyes que sirven para relacionar determinado orden de fenómenos.
  • Práctica: f. Ejercicio de cualquier arte o facultad, conforme a sus reglas. f. Contraste experimental de una teoría.

Fuente: RAE

En nuestra experiencia profesional encontramos prácticas que pueden diferir hasta cierto punto con lo establecido en los textos teóricos o académicos. Sin embargo, eso no descalifica el planteamiento teórico que tiene como fin guiar a través de lineamientos el proceder práctico cuando nos lanzamos a experimentar.

Como amante del deporte y como hombre  en constante reflexión sobre cómo hacer las cosas todos los días mejor, se me presentó un caso un tanto gracioso y que tal vez explique lo que estamos analizando en este tema.

Quienes ya me leen sabrán que practico el surf, y hace unos días visité una playa en la cual nunca había surfeado. Esta playa es muy reconocida por su buen oleaje y por recibir a los mejores surfistas y profesionales de otros deportes acuáticos para los torneos nacionales e internacionales.

Al no conocer el spot (Spot: es el lugar donde las condiciones son favorables para surfear, dependiendo el nivel de cada persona) observo lo que teóricamente debo validar antes de entrar, como: mirar dónde están los demás surfistas y sus niveles, revisar si el fondo es de roca, corales o arena, entender la frecuencia del “set de olas”, observar hacia dónde rompen las olas (izquierda o derecha). De igual modo me apresto a observar las corrientes, mirar si los surfistas que están en el pico están remando continuamente o están tranquilos, sentados sobre sus tablas, entre otros aspectos.

Son variables que en teoría debes considerar y evaluar antes de entrar. Luego, una de las tareas más importantes es cómo vas venciendo el oleaje para entrar y más cuando las condiciones están un poco explosivas. En teoría, debes remar despacio al inicio lo más lejos posible hasta donde empiezan a romper las olas e ir sobrepasando el set de olas. Luego, remar más rápido para poder llegar al “line up” (espacio donde está calmado y los surfistas esperan su turno) antes de que inicie nuevamente un nuevo set. Pues así mismo hice: como todo ingeniero metódico evalúe todas estas condiciones y empecé a poner en práctica la teoría y empiezo a remar en el spot adecuado para mí.

La travesía fue más cercana a un “maratón náutico” de remadas para poder llegar al line up. Fue todo un reto por las condiciones y el nivel para mi grado de experticia. Aunque pude llegar, agoté prácticamente toda la energía que disponía para montar olas esa mañana.

En teoría buscando del spot

Luego trato de corroborar con mi coach que lo que hice es lo que teóricamente se debe hacer: “Entonces, ¿dónde estuvo el fallo?”

Creo que no hay fallo. Lo que se presenta es un desbalance entre la teoría y la práctica. Se pudiera explicar con dos planteamientos:

  1. Perfeccionamiento a través de la práctica. Regularmente las bases teóricas nos dan un lineamiento que explica cómo debemos experimentar prácticamente para conseguir el resultado que esperamos. Sin embargo, todos tenemos grados de experiencia diferentes en la práctica y es lo que nos lleva de aprendiz a expertos y maestros en cada disciplina. Nuestro grado de experiencia en la práctica determina muchas veces cómo abordamos y aplicamos la parte teórica, cuando en realidad la moraleja es continuar especializándonos a través de la práctica con la guía teórica.
  2. Ajustes a la teoría. En la medida que cualquier fenómeno se va estudiando y experimentando, el conocimiento que vamos ganando sobre este es cada vez mayor y más cercano a su realidad. Esto es lo que nos empuja a hacer ajustes a la parte teórica basado en los aprendizajes que nos dan los experimentos prácticos. Ajustar la teoría, mejorando su exactitud y fidelidad, permite al practicante llegar más rápido, con mayor eficiencia y eficacia, al logro de los objetivos.

Ahora planteo las siguientes preguntas:

¿Debemos lanzarnos a la práctica sin teoría?

Tengo una respuesta muy contundente para esa pregunta: ¡NO! Tal y como he comentado anteriormente, la teoría establece lineamientos y reglas que, basado en observaciones y experiencias previas, van describiendo el fenómeno para así permitir a los que se inician empezar con una base que le permita un desarrollo más fácil y eficiente y también tener una idea de qué esperar. Es como ir aprendiendo de los aprendizajes de Nuestros antecesores.

¿Debo permanecer con la misma base teórica a pesar de que estoy observando y experimentando en la práctica algo diferente?

Tengo la misma respuesta contundente anterior: ¡NO!  Una frase que es muy popular atribuida al científico Albert Einstein que justifica sencillamente esta respuesta es: “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”. La teoría debe mejorarse y con los aprendizajes prácticos podemos ir avanzando en nuestra materia professional.

Albert Einstein saca la lengua cuando los fotógrafos le piden que sonría con motivo de su 72 cumpleaños el 14 de marzo de 1951.

La clave está en el balance

Debe existir un balance en la aplicación de la teoría y la práctica. La teoría es necesaria para usarla como base en nuestra iniciación en cualquier materia o profesión; y la práctica es la que nos permite mejorar continuamente lo que hacemos y materializar los resultados. De hecho, en la medida que ponemos en práctica los conocimientos teóricos podemos ir especializando nuestras experiencias.

Llevando este tema a la gestión empresarial y de los negocios, los líderes en las organizaciones siempre buscan conseguir mapas de rutas (Roadmaps) para alcanzar temas como una cultura de mejora continua, excelencia operacional, transformación organizacional y digital. Sin embargo, no existe mapa de un lugar donde nunca se ha estado. Los profesionales deben poner en práctica lo aprendido teóricamente e iniciar un ciclo de aprendizaje continuo que permita ir perfeccionando la práctica para ofrecer una mejor base teórica que permita replicar los éxitos a través del tiempo.

Hasta la próxima,

OJK